jueves, 9 de junio de 2011

guerra de los 30 años

 Los antecedentes de la guerra de los Treinta Años son muy complejos. En el Imperio han continuado enfrentándose católicos contra protestantes. Desde la paz de Ausburgo no se han hostigado los príncipes católicos y protestantes, pero habían impuesto su religión a sus súbditos. En 1608 se crea la Unión Evangélica Protestante, y en 1609 la Santa Liga Católica, dos ligas armadas y antagónicas. El nuevo Emperador, Fernando II, es un católico intransigente, que pretende hacer la corona imperial hereditaria. En España reina Felipe III. Y en Francia se comienza a formar una monarquía autoritaria con Luis XIII, y sus ministros Richelieu y Mazarino. Inglaterra está en crisis. En Escocia se asenta-rán los calvinistas, y en el resto del reino habrá pogromos contra los puritanos. Aparecen, también, las potencias del Báltico, como Rusia, la Liga Hanseática, y los Países Escandinavos.
     La guerra habrá de comenzar dentro del Imperio. El primer periodo es el de la guerra en Bohemia y el Palatinado (1618 - 1623). Bohemia no reconoce a su rey Fernando II y eligen como rey al elector del palatinado Federico V, calvinista y jefe de la Unión Evangélica Protestante. La guerra será un enfrentamiento entre católicos y protestantes. Felipe III se pone del lado del Emperador y vencen en 1620. Fernando II ocupará Bohemia, Moravia, y el Palatinado, e inicia una dura represión contra sus rivales. En 1621 muere Felipe III y es coronado rey de España Felipe IV que nombra al Conde - Duque de Olivares su valido, que buscará una forma de financiar la guerra en Flandes.
     Entre 1623 y 1629 se desarrolla la segunda parte de la guerra; en la que Dinamarca es la principal protagonista. Los príncipes protestantes alemanes consiguen dos cosas: que Dinamarca declare la guerra al Imperio, ante la amenaza católica; y que Inglaterra y las Provincias Unidas financien la guerra. Fernando II se sirve de un ejército mercenario, en el que intervienen tropas españolas, para derrotar a los protestantes en Dessau y Lutter e invade Dinamarca. En 1629 se firma la paz de Liubeck y se proclama el “Acta de Restitución” por la que se devuelven a la Iglesia Católica sus posesiones, en los territorios protestantes.





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